Cuando elegimos la casa en la que vamos a vivir lo hacemos en función de unas necesidades específicas y porque esta reune unas características que nos parecen las idóneas pero, más adelante, estas cosas pueden cambiar y, lo que antes nos apropiado, puede dejar de serlo: entra demasiada luz, una zona ruidosa o falta de espacio. En ese momento dado, el objetivo sería "arreglar" la casa para que podamos volver a amarla y, de esto trata el House Coaching.
Para tratar de reconvertir nuestra casa en un hogar con el que nos sintamos identificados, es importantísimo planificar una casa funcional que se adapte a nosotros, a nuestros gustos y a nuestra forma de ver y entender la vida. Para ello, existen dos claves fundamentales:
- Una buena distribución de la planta
- Un buen mobiliario
En cuanto a la
distribución, podemos afirmar que es lo más complicado ya que, normalmente para modificar la planta, necesitaremos hacer obras para, por ejemplo, unir la cocina con el salón, unificar en una misma estancia zona de estar y comedor, hacer un despacho dentro del dormitorio o ganar metros para la casa cerrando la terraza.
El punto que hace referencia al
mobiliario adecuado, está marcado por las siguientes pautas: adaptar los muebles al espacio (ni muy grandes, ni muy pequeños), que sean funcionales, fáciles de manejar, duraderos y de calidad.
Una vez tengamos claras estas ideas, pasaremos a aunar ambos puntos en lo que llamaremos DISTRIBUCIÓN PRÁCTICA DE UN HOGAR:
- Los muebles altos o voluminosos se colocan adosados a la pared para dar sensación de mayor espacio. Esta regla se puede romper si tenemos habitaciones muy grandes y queremos separar ambientes ya que, para ello, emplearemos muebles grandes como, por ejemplo, estanterías
- Mantener un equilibrio entre muebles grandes y pequeños y no tratar de "agobiar" el espacio
- El orden es importantísimo y, para ello, nos ayudaremos de la decoración asimétrica
- No abusar de muebles altos